Una vez instalados en la ciudad fuimos a buscar un lugar donde alquilar una moto, en la ciudad en si no hay mucho que ver o hacer. Es un lugar muy chico y donde los turistas van simplemente para alquilar motos y viajar. Todos hacen un viaje de 2, 3 o mas días. También existe la posibilidad de hacer el recorrido en una van, por medio de una agencia turística, obviamente mucho más caro. La idea de la ruta turística es ir parando a lo largo del camino, entre las atracciones más importantes están diversas cavernas para recorrer a lo largo del viaje, también se pueden ver plantaciones de arroz, bañarse en lagos, conocer un usina hidroeléctrica y otras cosas más.
El viaje comienza y termina en Thakhek, en total la vuelta no llega ni a 500 km, o sea la idea es ir disfrutando del camino. Se puede hacer en sentido horario u anti horario, hay argumentos a favor y en contra de cada uno.
Nosotros decimos ir sentido anti horario, así es que dejamos nuestras cosas en el lugar donde alquilamos las motos, sin pagar nada, y emprendimos viaje. La primera parada fue la caverna Xieng Liab. Podríamos decir que comenzamos con el pie izquierdo, llegamos al lugar siguiendo los carteles a lo largo de la ruta y nada de la entrada. Vimos una moto estacionada e imaginamos que habría que caminar, entonces paramos y fuimos a ver qué onda. Cuando estábamos llegando nos abordaron algunos locales ofreciendo ayuda, siempre es así, primero son simpáticos te "guían" y después te cobran. Le agradecimos y nos juntamos con los dueños de la otra moto estacionada, una pareja de franceses Alexia y Fabien, ellos también estaban haciendo el mismo recorrido.
Después de descubrir por donde se entraba sin la ayuda de nadie fuimos a recorrer. La caverna es muy impresionante, muy linda y diferente de lo que habíamos visto hasta ese momento. Mucho más impresionante que las de Malasia. Contemplar los detalles es fundamental, las formaciones rocosas, las entradas de luz, los reflejos en el agua. Todo muy deslumbrante y diferente para nosotros.
Siguiente parada, el lago Tha Fa Lang, el agua era verde y transparente. Especial para bañarse, hicimos eso, después de disfrutar un rato, seguimos viaje. La siguiente parada era la caverna Tham AEN, cuando llegamos nos quisieron cobrar entrada, no quisimos pagar y entonces seguimos viaje. Por el camino vimos algunas plantaciones de arroz, tuvimos suerte de que no estuviesen secas, ya que no era la mejor época para ver eso, luego visitamos la hidroeléctrica Nam Thou2, muy interesante, especialmente para los nerds e ingenieros!
Seguimos viaje y vimos una especie de cementerio de arboles, esto se creó debido al represamiento del rio. Finalmente llegamos al lugar donde planeamos pasar la noche, un lugar bastante famoso entre aquellos que hacen este viaje, Sabaidee Guesthouse. Llegamos y casi nos quedamos sin lugar para dormir, lo único que conseguimos fue una "suite" la cual no tenia cama, solo un colchón en el piso, sin energía eléctrica. El baño tampoco era completo, jejeje, tenia wáter pero no ducha. Los dueños nos avisaron que estaban construyendo esa parte y que por eso estaba así, nos convenció con el precio, así de fácil! Si mal no recuerdo, menos de 5 dólares la noche para los dos.
Por la noche participamos del famoso asado del lugar, para nosotros como siempre una gran decepción, asados de verdad solo hacia nuestros pagos, pero bueno es lo que había. La parte interesante fue conocer gente de otros lugares, conocimos una checa, un español, un neozelandés y varios franceses.
Al día siguiente madrugamos para ver el amanecer. La verdad, valió la pena el sacrificio. Después del desayuno seguimos camino, después de unos pocos kilómetros nos encontramos con los mismos franceses de la primera caverna, se les había descompuesto la moto. Paramos para ofrecerles algún tipo de ayuda, aunque sea apoyo moral pues no sabríamos como arreglar nada. Por suerte alguien que si sabia como solucionar el problema les ayudo a resolver el problema. Entonces seguimos viaje juntos en caso de que su moto vuelva a tener algún problema.
Nuestro destino era un pueblito conocido como Konglor que sirve de base para visitar la famosa caverna que lleva el mismo nombre. Por el camino paramos en un lago que para bañarnos y almorzar ahí mismo. Luego del refresco y el almuerzo seguimos viaje, vimos muchas cabras, búfalos, vacas y siempre las montañas al fondo. Una de las cosas más inolvidables son los niños saludándonos por el camino, esa también era una constante.
Después de llegar a Konglor la rutina de siempre, ir a buscar un lugar donde dormir, después de encontrar uno acorde a nuestro presupuesto y que encima era solo a 1km de la entrada de la caverna fuimos a cenar y descansar, al día siguiente queríamos ser los primeros en visitar la caverna.
Desayunamos y fuimos hacia la caverna, primero se hace una pequeña caminata con el guía hasta la entrada. La visita se hace en canoas, ya que hay un rio que pasa por dentro de la cueva. Nosotros queríamos ser los primeros del día porque sabíamos que de esa forma el paseo seria de lo mejor. Por suerte así fue, apenas empezamos ya estábamos deslumbrados, como el agua estaba calma, todavía sin las pequeñas ondulaciones creadas por las canoas, la caverna se reflejaba en el agua, cada piedra, cada formación rocosa se reflejaba, una de las cosas más lindas que vimos en nuestras vidas! lastimosamente era imposible de sacar fotos mientras andábamos en la canoa, ya que no había luz suficiente.
Por el camino paramos en un lugar donde se tiene que caminar dentro de la cueva, ya que el agua es muy poco profunda, aprovechamos para sacar algunas fotos, después al salir del otro lado de la cueva visitamos una pequeña villa donde algunos artesanos venden algunas cosas y aparte te dan la oportunidad de tomar algo. A la vuelta el mismo camino, pero esta vez como ya habían otras canoas el paseo como que perdió un poco la gracia. Eso sí, esa imagen de la caverna que tuvimos al ser los primeros en navegar por ella quedara para siempre en nuestras mentes.
Cuando termino el paseo, volvimos al hospedaje para retirar y nuestras cosas y seguir viaje para volver a Thakhek. Por el camino solo paramos en un mirante, que estaba muy bueno dicho sea de paso. Una vez instalados de vuelta en Thakhek salimos a celebrar con los franceses, al final teníamos varios motivos, volvimos enteritos y ellos no tuvieron más problemas con la moto. Al día siguiente tocaba seguir viaje, rumbo al próximo destino, Pakse.
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