Nuestro viaje rumbo a Polonnaruwa comenzó mal, queríamos ir en bus desde donde estábamos (Nilaveli) hasta la terminal para luego tomar el bus de viaje. Cuando los tuktuks nos vieron empezaron a pescar por nosotros y cada vez que un ómnibus se acercaba ellos le impedían que nos alce. Después de mucho intentar, caminamos hasta otra para inclusive! tuvimos que ceder e ir en tuktuk hasta la terminal. Digamos que son gajes del oficio.
Una vez en la terminal, tomamos primero un bus hasta Habarana y de ahí otro a Polonnaruwa. Luego de llegar a la ciudad, fuimos a buscar hospedaje y una vez instalados decimos ir a buscar algo para comer y alquilar unas bicicletas para ir a recorrer la ciudad al día siguiente.
Mientras caminábamos por la ruta buscando un lugar para almorzar nos paso algo medio raro, nos paro un auto ofreciendo un aventón, aceptamos y nos llevo hasta un restaurante, comimos y luego nos llevo hasta el centro a buscar un lugar para alquilar las bicis, como si fuera poco también nos llevo hasta su casa para tomar el té. La verdad que era una verdadera mansión, por lo tanto nunca sabremos si se trataba de la famosa hospitalidad ceilanesa o si quería vender nuestros órganos! jajajaja
Al día siguiente, ya con las bicicletas en mano fuimos a recorrer las ruinas de lo que alguna vez fuera la segunda capital del país. Visitamos el palacio y la piscina real, la cámara del consejo. También algunos lugares religiosos como Siva Devalaya, Vatadage, Hatadage y Atadage.
En Dambulla visitamos el famoso Golden temple con sus 5 cuevas, son varios templos budistas dentro de cuevas, todo eso aparte del templo moderno con su buda gigante que es de "oro".
Luego de recorrer todo el lugar decidimos volver a Dambulla a descansar y a la vuelta tuvimos la suerte de ver un elefante bañándose en un rio.