Llegamos da Vang Vieng después de unas horas de viaje por un camino que no era de los mejores y en un bus que tampoco era de los mejores. Cuando llegamos a la terminal, adivinen qué? Tampoco era de las mejores, en realidad podríamos decir que no existía. Era un terreno baldío y una casita.
Vang Vieng es un lugar que se volvió muy famoso entre los mochileros, años atrás habían muchas fiestas y la cosa era medio desenfrenada, muchos se emborrachaban y se tiraban desde los puentes al rio, mientras otros iban en salvavidas borrachos dejando que la corriente les lleve por el rio. Luego de varios accidentes la fiesta disminuyo bastante.
Todo es muy precario y rustico, muchas de las construcciones son al borde de unos de los ríos, lo que junto con las montañas de fondo le da una belleza singular al lugar. Nuestra idea era simplemente dar unas vueltas por el lugar el primer día, comer y tomar algo mientras descubríamos que había para hacer por ahí.
El primer día decidimos recorres los lugares en donde era posible llegar caminando, entonces fuimos a visitar algunas cuevas. Las primeras de nuestras vidas, fuimos a la Tam Chang y otras menores sin nombre, para llegar a la primera hay que subir algunas escaleras, nada muy exagerado por suerte. Nos gustó mucho, vimos muchas formaciones diferentes, inclusive un "trono". También había tipo unas piscinas naturales donde la gente se bañaba. A la vuelta nos sorprendieron los globos aerostáticos donde la gente se pasea para ver el atardecer.
Nuevo día, nuevas aventuras. Ir de moto a recorrer los alrededores. La primera tarea era llegar al Pou Kham Cave y el Blue Lagoon. Como pueden ver en las fotos los puentes no son muy modernos, lo que si después de superar nuestro primer cruce de puente llegamos a la cueva y fuimos a visitarla, nos obligaron a alquilar linternas para la cabeza, en la primera cueva que visitamos no fue necesario, la verdad que en esta con la linterna del celular ya seria suficiente, pero bueno, por lo menos ayudaron para las fotos. En la cueva hay un pequeño buda de oro, que no es la gran cosa. Las formaciones rocosas si era muy interesantes.
Al salir de la cueva fuimos un rato al agua y como se puede ver en las fotos, la actividad era tirarse del árbol al agua. Lugo de bañarnos un rato y descansar fuimos a otras cuevas, esta vez la cueva del elefante, donde hay una formación rocosa que es un "elefante", o sea, es un lugar de veneración para los locales y una fuente de renta también! Nos cobraron por todo, por estacionar, por cruzar un puente y por entrar a la cueva otra vez. Intentamos visitar otras cuevas como la cueva Hoy, la del agua y la Loup. Cuando descubrimos que se pagaba de nuevo no quisimos arriesgarnos, entonces preferimos volver a la ciudad y tomar unas cervezas a orillas del rio. Terminamos comiendo un pescado a la parrilla que se hace cubierto con sal gruesa, por supuesto bien acompañado de unas Bierlao.
De ahí fuimos directo al hostal para agarrar las mochilas y partir rumbo a Luang Prabang, elegimos el sleeping bus, mas una vez una novedad nos esperaba, ya que los buses para viajar por la noche tienen camas, literalmente son varias literas de dos pisos dentro del bus. Como la ruta era entre las montañas y el asfalto horrible no pudimos dormir muy bien, digamos que, definitivamente la idea de dormir mientras viajamos en bus "cama" no es buena.
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